Como distintivo para que el consumidor pueda diferenciar en el mercado los productos de la agricultura ecológica, todas las unidades envasadas, además de su propia marca, llevan una etiqueta (o contraetiqueta) numerada y un logotipo o anagrama especifico con el nombre y/o el código de la autoridad u organismo de control y la leyenda «Agricultura Ecológica».
Ello significa que la finca o industria donde se ha producido o elaborado el producto, está sometida a los controles e inspecciones correspondientes de la Autoridad o del Organismo establecido al efecto en la respectiva Comunidad Autónoma. Constituye, a su vez, la única garantía oficial de que el producto responde a la calidad supuesta por el consumidor y cumple las normas establecidas en el Reglamento (CE) 834/2007el Consejo sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos y por el que se deroga en el Reglamento (CEE) 2092/91
Porqué cultivar y consumir productos ecológicos
Porque fomentan la biodiversidad, respetando los propios mecanismos de la naturaleza para el control de las plagas y enfermedades en los cultivos y la cría de animales, y evitando la utilización de plaguicidas, herbicidas, abonos químicos, hormonas de crecimiento y antibióticos, así como la manipulación genética.
Porque los cultivadores utilizamos técnicas que contribuyen a mantener los ecosistemas y a reducir la contaminación.
Porque favorecen el empleo de recursos renovables y el reciclado en la medida en que restituye al suelo los nutrientes presentes en los productos residuales.
Porque son óptimos para la salud.
Porque contribuyen a una disminución de gastos público (no contaminación, ahorro de la sanidad, etc.).
Porque fomentan la autonomía del agricultor y un desarrollo rural sostenible, contribuyendo a la permanencia de la población en zonas rurales.
Porque contribuyen a la reducción del desempleo.
Porque se reducen los excedentes agrarios.
Porque están protegidos por una estricta normativa de calidad.